13 junio 2005

Crimen y castigo.

Otro ejecutado hoy. A este yo lo conocí. Era jefe de los grupos especiales de la municipal, y a sus espaldas le decíamos "el abuelo" con cariño, por su fisonomía y timbres amistosos. Siempre fue amable conmigo. Descance en paz.

Tanto crimen me está dejando sin temas para mi blog. Chicuelos, esta ocasion os hablaré del indio presente, y de nuevo ignoraré las narcoacciones porque si no. luego esto no sirve para relajarme. Antes, el espacio sobre los libreros de mis padres estaba saturado que no lleno de trofeos. En reciente limpia debida a la instalación de un nuevo piso, toda esa metalería de imitación con marmolería de imitación y diversos y dorados deportistas fueron a parar a la basura.

Solo prevaleció un Cutémoc, en tonos cobrizos y obscuros, tan percudido como digno, sosteniendo una lanza y algo que definí como una bolsa de mujer. Este es el indio presente. Desde las alturas me juzga. Y me juzga con lanza y bolsa en mano. Tiene su penacho, este Cutémoc, y viste de gala sobre su plataforma de prisma de trapecio, cuyo nombre ignoro. Y vaya si me juzga. Que indio tan presente. Que indio tan terrible.

2 Comments:

Blogger Ministry of Silly Walks said...

Uno cree que está a salvo, pero pareciera que las personas asesinadas se van acercando cada vez más a nuestro propio ambiente. Da miedo.

4:57 p.m.  
Blogger Carlitos said...

Yo todavía espero que se trate solo de una ola, y no de una nueva forma de vivir en esta ciudac.

4:07 p.m.  

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