Refresco y deshidratación

Hace mucho calor allá afuera.... Podría decir que alcanzamos cada día temperaturas cercanas a los 40 grados, pero mejor diré que está tan caliente, que el otro día me solté gritando de desesperación en el guacamayo (dícese del tsuru de azteca). Por ello, y como ya es tradición, el pasado jueves mi camara man y yo inauguramos oficialmente la temporada de Tepaches. Deliciosa y monopolizada bebida.

Tambien hay otras cosas no tan buenas. El mismo jueves, pero antes del tepache, comencé a sentirme mal. Así como afiebrado, sin patas y mareado. No supe de que se trataba, pues ese día me tomé una Neomelubrina para acabar el malestar... Al día siguiente lo descubrí.

No habiendo desayunado este viernes, me di tiempo entre nota y nota de comer una rica barbacoa, de la que está a contraesquina de la antigua. Más tarde, antes del noti, supe a qué se debía mi malestar, y supe también que no debí haber comido barbacoa. No diré como lo supe, pues sería -y cito a guso- "simplemente desagradable". Fin de cita.

Estoy malito de la panza. Todo lo que el cielo tiene para mí esta tarde, es arroz, en vez de algo delicioso. Dios mío, hazme viuda.