No todo es casinos
Una vez, en Las Vegas, mi nena y yo salíamos de un castillo medieval, quejándonos de no haber visto a ninguna celebridad… y justo ahí lo divisó Marce. No llevaba su consabido séquito y glamour: nada de grandes trajes con los que la gente está acostumbrado a verlo. Era como su versión de “huevacacionando”. Era un señor gordito robusto, tez blanca, como blancos eran su pelo un tanto largo y su tupida barba. Casi no le reconocimos por traer lentes obscuros, pero su suéter rojo ayudó a visualizarlo en sus normales abrigos. A fin de cuentas, decidimos respetar su intimidad, y no hacerle plática ni tomarle fotos al Santa. Además, iba con otra mujer, y no con su esposa Mary, Mary Christmas. ¡Viva Las Vegas, Santa!
Otra vez, en Las Vegas, o más bien en Chihuahua cuando salíamos con rumbo a Las Vegas, una señora le dijo a otra: “No es que yo esté tonta; lo que pasa es que quería venir”. Mi novia y yo asentimos. Nosotros tampoco estamos tontos, sólo queríamos venir.
Otra vez, en Las Vegas, o más bien en Chihuahua cuando salíamos con rumbo a Las Vegas, una señora le dijo a otra: “No es que yo esté tonta; lo que pasa es que quería venir”. Mi novia y yo asentimos. Nosotros tampoco estamos tontos, sólo queríamos venir.
3 Comments:
Yo estoy tonto y no he ido... ¡plop!
Y luego dicen que yo soy contreras.
... este... ya somos dos que no hemos ido, pero... estaré tonta?
Publicar un comentario
<< Home