09 septiembre 2005

Tres historias. Tres párrafos. Un posdata.

"Porqué llegó tarde?", dijo con talante regañón la doctora del seguro social. Pobre Pruss (Pruss: adj. m. dícese de uno de loa camarógrafos y editores de donde trabajo), quien no pudo salir a tiempo del trabajo ese jueves. Eso fue lo que le dijo a la doctora-con-su-actitud-de-yo-mando-en-este-IMSS. En tono sarcástico, la doctora le dice "Pues sólo que anduviera con el Presidente..." La cara de Pruss se ilumina. Efectivamente, andaba con el Presidente cubriendo la nota. "De hecho sí, andaba en la gira presidencial por mi trabajo..." Así se lo hizo saber a la doctora, quien de ahora en adelante lo pensará dos veces antes de latigar a los pobrecitos derechohabientes.

Fui a entrevistar a un secretario de estado. JFM, que no JFK. Señor secretario, le dicen en su familia. Llegué yo, todo catrín con mi traje prestado de Sears, etiqueta en la manga y toda la cosa, para encontrarme con un secretario en mangas de camisa, sin corbata. Debí haberme quitado yo también saco y corbata? Cual es la regla de etiqueta en esos casos? Carcomido por la duda, preferí de pecar de "sobrevestido" que de "subvestido". La duda me carome aún.

Si este viernes 9 de septiembre fuiste a un funeral en la Perches atrás de pensiones, habras visto algo singular. Y es que, como si fuera piñata o reunión familiar, en este caso los dolientes decidieron rentar un carrito de dogos para así no tener que cocinar, y comer sin cesar la vigilia. Lo sé, porque conozco al prestador del gastronómico servicio, quien hizo una venta de 100 dogos sencillos. "Mi más sentido pésame, señor... ¿más mostaza?"

Pd: Hoy vi a un chavo de entre 20 y 25 años, en su juvenil Chevy, escuchando a todo volúmen la música de... ANA GABRIEL!! Qué demonios?
Free Website Counter