Mis amigos de sesamo.
Cosa no muy común, fui a un antro.
Estabamos en nuestro pequeño territorio delimitado, muy cerca de la barra, cuando los vimos llegar. Eran el Mostro Come Galletas, y Elmo, quienes aprovechando el intermedio del grupo de rock, salieron a repartir tragos coquetos entre los asistentes. Más tarde me enteraría que se trataba de los tragos llamados "muppets".
¡¡Que cosa tan divertida!! Ni tardo ni perezoso, fui a tomarme una foto con el come galletas, como lo hicieron mis otros amiguitos. Pensé que aquello era bueno. Pero luego, ya cuando habían acabado su tour por el antro, llegó de nuevo un mesero con el peluche rojo, y anunció a nuestra mesa en particular: "¡Aquí está Elmo!". Nunca pensé que el Elmo fuera tan a toda madre. Hasta fingió que se tomaba unas chelas con nosotros, quienes le festejamos la ocurrencia.
Pensé que eso era bueno, pero entonces pasó lo mejor. Antes de dejar salir a los pobres sujetos de los disfraces, tuvieron que pasar al interior de la barra, en donde el personal se dedico a golpearlos amistosamente. A uno le voltearon la cabeza, y le siguieron pegando entre todos. Casi los podía oir: "¿Quien te ha pegado ahora? ¿Quien te pega, rey de los judíos...?" Eso fue muy bonito.
Pero que surrealismo. ¿Son así todos los antros? Y si así es... ¿en donde podré encontrar a Snoopy?
Estabamos en nuestro pequeño territorio delimitado, muy cerca de la barra, cuando los vimos llegar. Eran el Mostro Come Galletas, y Elmo, quienes aprovechando el intermedio del grupo de rock, salieron a repartir tragos coquetos entre los asistentes. Más tarde me enteraría que se trataba de los tragos llamados "muppets".
¡¡Que cosa tan divertida!! Ni tardo ni perezoso, fui a tomarme una foto con el come galletas, como lo hicieron mis otros amiguitos. Pensé que aquello era bueno. Pero luego, ya cuando habían acabado su tour por el antro, llegó de nuevo un mesero con el peluche rojo, y anunció a nuestra mesa en particular: "¡Aquí está Elmo!". Nunca pensé que el Elmo fuera tan a toda madre. Hasta fingió que se tomaba unas chelas con nosotros, quienes le festejamos la ocurrencia.
Pensé que eso era bueno, pero entonces pasó lo mejor. Antes de dejar salir a los pobres sujetos de los disfraces, tuvieron que pasar al interior de la barra, en donde el personal se dedico a golpearlos amistosamente. A uno le voltearon la cabeza, y le siguieron pegando entre todos. Casi los podía oir: "¿Quien te ha pegado ahora? ¿Quien te pega, rey de los judíos...?" Eso fue muy bonito.
Pero que surrealismo. ¿Son así todos los antros? Y si así es... ¿en donde podré encontrar a Snoopy?
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