29 abril 2007

Huevito.

Bueno, como hace mucho que no posteo, no hablare del buen asunto de Las Golondrinas. Pero es algo bueno que sucedió. Conténtese el lector con saber eso.

También pensé en postear sobre los talentos… pero en vista de lo poco que posteo últimamente, mejor dejaré los talentos pendientes para el siguiente post.

De lo que hablare ahora, es mi idea para hacerme millonario, y darme una vida de rey sin tener que trabajar mas que en checar que el dinero siga entrando a mis arcas. Así va la cosa: se ha popularizado en la cocina occidental el uso de cuadritos de sabor concentrado. Ejemplos: cuadrito knor caldo de pollo, caldo de res, costilla cargada, consome de camaron… etc.

Ahora, el lector reconocerá los anteriores como guisos bases, que sirven como plataforma para otros platos aunque sea un chirris mas sofisticados. Así que pensé: ¿Qué otro sabor utilizamos con tanta frecuencia? La respuesta la encontré en el huevito.

Estaría magnifico poder concentrar el sabor del huevito, pero huevito rico cuando aun no se enfría, y capturar su esencia en un cuadrito de polvo. Así los niños podrían llevar un cuadrito de huevito para ponerle a su marruchan en el recreo. Y las posibilidades son infinitas.

Lo que aun no logro decidir, es que color darle a este consomé de huevito. Tampoco acierto a pensar si el huevito debe ser sabor huevo tibio; o huevo revuelto (borreguito, dicen unos); o sabor huevo estrellado, con sus variantes yema normal, sin yema y con yema que se reventó.

En los ratos libres que me deje la tarea de la caza de la ballena, dedicaré mis recursos intelectuales a pensar más en el cubito sabor huevito.
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