Tepache 2006, o de como me convertí en víctima

Hoy, primero de mayo día del trabajo, yo sí trabajé. Y durante la cobertura del desfile de las mil y un mantas, inauguré formalmente la temporada de tepache 2006.

Me tomé mi tepache mientras me hacía el interesantito, paseando por aquí y por allá con mi cámara. Finalmente, posé mis humildes sentaderas en una banqueta con sombra, justo detrás de la carpa de los gobernadores y todos esos. Y el tepache se había terminado. Y es que ahora me cabe menos, así que compré el de seis pesos y no el vasote de litro, que por cierto ya subió de $10 a $12. Me parece un mayor atropello que la alza al camión.

El caso es que, si bien ya no había tepache, en este intenso calor y bajo el sol de desfiles de Chihuahua, los hielitos que quedan en el vaso no sientan nada mal. De hecho, son como besos polares de frescura paradisíaca. Entonces sucedió. Ví algo (una manta de la maestra Sonia Madrid) que merecía ser captado por la ya apagada cámara. Así que puse mis besitos polares en una superficie cercana, e hice mi trabajo.

Y cuando volví la mirada de vuelta a los besitos polares, nada que un sujeto se le hizo muy sencillo poner las cáscaras de su mango en mi vaso. EN MI VASO de hielitos, BESITOS POLARES!!!! el muy prángana ni siquiera se dio por aludido cuando me quejé en voz alta.

Siguiente escena: Carlos se une al contingente. "Justicia, justicia, señor gobernador. Alto a la impunidad, ¿quien pagará mis hielitos? Besitos polares de vuelta, caiga quien caiga... !"